Los hechos se dan en un reino alejado
Dónde un plebeyo reclama el amor de su amada
Su amada, una princesa obligada
A demostrarle amor a un príncipe no amado.
-Príncipe: Quién osa interrumpir un momento tan bello?
-François: Soy yo Su Alteza, François, un humilde plebeyo.
-Príncipe: Qué quereis a estas horas de la madrugada?
-François: He venido a confesaros, me he acostado con su amada.
-Príncipe: Pero qué estais diciendo? Te has vuelto loco?
-François: No Su Alteza, la verdad, se dio poco a poco.
-Príncipe: Princesa, lo que este joven dice, es verdad?
-Princesa: No sé que contestarte, en el vi mucha bondad.
-Príncipe: Pero cuánta frialdad.
-Princesa: Debes comprender, me invadió la soledad.
-François: Y os juro que fue más de una vez.
-Príncipe: Pero como os atreveis?
Cuáles son tus intenciones?
-François: Sacarla de una vez de este mundo de pretenciones.
-Príncipe: Que iluso! Que insolente!
-François: Pues verá Su Alteza, llame a uno de sus sirvientes.
Pedídle dos espadas y que estén bien afiladas.
-Príncipe: Pero que canalla!
-François: Disfrutad de la batalla!
-Princesa: Pero, François, qué pretendeis? Os va a matar!
-François: Pues que lo intente, no será fácil, le va a costar.
He venido a por ti, nadie me va a parar.
Saldremos juntos de este lugar.
(El Príncipe envuelto en su furia, desenvaina su espada. François desenvaina la de él).
-Príncipe: Te creéis muy hombre al venir aquí.
-François: Le ofrezco más que palacio y rubí.
No habéis probado el verdadero jasmín.
Vuestros trajes y joyas no le hablan de sí.
-Príncipe: Y tu qué tenéis para darle?
-François: Todo el amor que puedo brindarle.
-Príncipe: De eso no se vive, gran ignorante.
-François: Tampoco se vive de los restaurantes.
Vuestros insultos no me intimidan.
-Príncipe: De aquí no os llevais a mi amada Cristina.
(Con un repentino golpe, François manda la espada del Rey al viento).
-François: Ese es vuestro mejor argumento?
-Príncipe: Como Príncipe te condeno y nunca serás noble.
-François: Prefiero morir como un buen hombre.
No guardo respeto a vuestras estrellas.
De todas las mujeres, me llevo a la más bella.
Y eso me basta, y eso me sobra.
Y junto a meretrices vivirás entre sombras.
-Príncipe: Por siempre te maldigo, y de mi reino serás excluído.
...
Cuenta la historia, que Cristina y François
Salieron corriendo por la puerta de atrás.
Nunca regresaron a ese pueblo sin ley
Donde ella, obligada, abrazaba a su “Rey”.
Y desde entonces, menciona la historia
Que Cristina y François no tienen memoria.
Pero aún viven juntos, lejos de la ciudad
Donde el mar les envidia tanta felicidad.
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