viernes, 31 de mayo de 2013

Propios de la noche

La noche es
reverdecer del alma,
infinita alegría
para un tiempo
tan efímero.
La noche es
fiesta, a pesar
del evidente luto.
Una ola eterna en
el mar de la juventud.
La noche es
mágica y sublime.
La noche es
una bella genio,
un poeta inspirado,
una modelo de Playboy,
de las de antes,
sin silicón.
La noche te
invita a inhalar
de su denso aire.
La noche conoce
tu destino y te
brinda un atajo.
La noche pende
de un hilo,
como la vida.
La noche ve
tus virtudes y
esconde tus defectos.
La noche brilla
por brillo propio;
brilla por nosotros y
nosotros por ella.

Y luego, la mañana.
La maldita mañana,
cómplice de mil tragedias.
La mañana es
una resaca de ginebra,
una cruz a cuestas de
cada ser vivo.
Insoportable.
Insufrible,
como una niña
de quince años.
Mañana cobarde
que no encuentras luz
ni en la luz del sol.
Mañana lánguida.
Mañana tenue.
Mañana malcriada.
Mañana suiza.
Siempre tan puntual,
tan puta.
Una puta sin
nada que dar
porque entregó todo
la noche anterior.