Mucho
antes de la llegada de Galileo, se pensaba que la Tierra podría ser plana,
cuadrada, de forma cúbica o hasta circular; cada cultura le daba una forma
concebida a su entender, a su medida. Sería hasta el siglo XVII cuando el
astrónomo (y artista en todo campo que se presentase) florentino, tras largos y
enfatizados estudios nos mostró y demostró que la forma real de la Tierra era
esférica.
Ya para el siglo XIX y con tecnología más
avanzada (gracias, querida ciencia) Gauss y Helmert tratando de perfeccionar la
teoría propuesta por la Academia de Ciencias de Francia, sobre la Tierra como
un elipsoide, para definirla finalmente como un geoide (un elipsoide algo
regular).
Bien,
la presente Tesis no pretende debatir los argumentos encima escritos; tampoco
pretende dar una clase de Historia, ni de Física, ni de Astronomía. Lo anterior
fue una (barata) introducción a mi teoría (muy personal) sobre el
comportamiento geométrico-humano porque, como podrán observar, la geometría nos
la han metido por los ojos desde hace siglos, la llevamos en las venas. La
geometría es muy humana. El humano, muy geométrico.
Todo
comenzó hace algunos años, cuando todavía era un adolescente, un adolescente
poco común al que le gustaba observar el comportamiento animal humano.
Analizaba todo a mi alrededor, todo aquello que caminara sobre dos piernas
(prefería -y prefiero- las depiladas). Comencé a notar las diferencias entre personas; pero
no las diferencias básicas como el sexo, la raza, la cultura o la religión.
Había algo más allá de todo eso que nos hacía diferentes. Entonces decidí
dividirlos en dos grupos, a los cuales decidí nombrar como: Líneas y Cuadrados.
Al
principio me costaba organizarlos y darles características propias para decidir en qué grupo iba cada persona.
Hasta que conocí a la primera Línea. Mi Línea.
Cada
Línea en el mundo tiene una Línea paralela, pero no siempre respetan su
paralelismo y llega un punto (o varios) en los que las Líneas se encuentran;
porque las Líneas tienden a crecer hacia sus extremos, de eso viven, del
crecimiento personal-lineal. Las Líneas son seres infinitos.
¡Ojo!
una Línea tiene una única paralela en su vida, su equidistante personal. Las
Líneas se pueden encontrar con otras Líneas, pero siempre regresarán a su
paralela, porque es la que le corresponde.
No
obstante, una Línea también se puede encontrar con un Cuadrado.
Los
Cuadrados son aquellas personas cerradas al conocimiento, su vida es cíclica y,
por mucho que puedan llegar a aprender, siempre serán Cuadrados y llevarán su
vida cuadrada.
Una
Línea puede cometer el error de enamorarse de un Cuadrado. Hasta pueden tener
una linda relación que les dure años, pero si la Línea es una Línea auténtica,
llegará el día en el que se aburra del Cuadrado, porque es Cuadrado.
Ustedes
saben de quien les hablo. Todos conocemos a los Cuadrados. Tienen horarios fijos,
uniformes, peinados, les gustan los relojes caros y usan perfumes de marcas, tienen
buenas y estrictas costumbres. Nunca anduvieron a pie y a lo mejor ni conozcan
el lugar en el que viven, hay los que sí, pero no por eso dejan de ser unos
Cuadrados… y su vida siempre será de Cuadrados.
Los
Cuadrados nunca serán Líneas, pero las Líneas se pueden transformar en
Cuadrados. ¿Cómo lo hacen? Fácil, dejándose arrastrar a esa vida.
A
las Líneas les gusta la libertad, pero hay Cuadrados con mucha suerte, que
consiguen atrapar Líneas que no les pertenecen, entonces las arrastran a su vida
cuadriculada. Y son muy pocas las veces que una Línea vuelve a ser una Línea
después de cuadricularse.
Las
Líneas no le corresponden a los Cuadrados, pero hay Cuadrados con mucha suerte
(valga la anáfora).
Una
Línea puede no saber que es una Línea, pero un Cuadrado siempre sabrá que es un
Cuadrado, por eso se les hace fácil engañarlas, haciéndose pasar por otras
Líneas, para hacerles creer que son sus paralelas.
Lo
que los Cuadrados no saben, porque no les entra en sus cuadradas cabezas, es
que una Línea siempre se volverá a encontrar con su verdadera Línea paralela.
No importa en qué punto en el infinito. Las Líneas paralelas siempre (énfasis
en: SIEMPRE) se desviarán para encontrarse y olvidar por un momento su
paralelismo.
No
hace falta que describa gráficamente a una Línea. Las Líneas sabemos cómo
somos, y no podemos darles más información a los Cuadrados.
Si
leíste esto y eres un Cuadrado, lamento tu condición, aunque me agrada saber
que nunca serás una Línea. Si leíste esto y eres una Línea que no ha encontrado
su paralela, no desesperes, en cualquier momento uno de los dos hará el desvío
correcto. Y si eres una Línea que ya la encontró, seguramente estarás como yo,
esperando que uno de los dos se desvíe otra vez, para volver a encontrarnos. Porque
las Líneas somos seres infinitos y estamos seguros de que nos volveremos a
encontrar en nuestro camino.